¿Tenemos lo que nos merecemos?
La verdad es que muchas veces lo creo así… tenemos lo que nos merecemos y todo por ser como somos.
A cada paso que damos, a cada noticia que leemos o oímos, o simplemente al mirar con interés a nuestro alrededor se puede apreciar una cosa. Nuestra sociedad se ha vuelto incívica.
Según la Wikipedia, el civismo son las pautas mínimas de comportamiento para convivir en paz… más o menos se puede resumir en ser educado y pensar menos en uno mismo y más en los demás.
Lo que pasa es que ya nadie lo hace. Solamente miramos a nuestro ombligo… y cualquier momento o ejemplo vale para entenderlo. He aquí unos pocos que vemos día a día:
- Para que dejar de acelerar, cambiarse de carril o incluso frenar para dejarle incorporarse a un coche a una vía rápida. Que se joda se pare y luego se la haga a otro… que a mi no.
- Yo porque voy a dejar de ir a las tantas de la madrugada con la música de mi coche a todo trapo… si los vecinos que duermen se despiertan… a mi me da igual.
- Para que desviarme 3 metros y pasar por un paso de cebra… yo por mitad de la calle… eso si… despacito y que se jodan y frenen los coches que van por su vía.
- Yo porque voy a aparcar bien y dejarle más sitio a otros… yo aparco pensando en mi y dejándome el máximo hueco para luego entrar bien.
- Para que saludar con educación cuando me cruzo con alguien… y para qué responder a un saludo…
- y así un larguísimo etcétera.
Cuando esto se extrapola a niveles más altos… te encuentras a grandes directivos que a pesar de ser unos “pésimos” gestores y arruinar empresas, se aseguran pensiones astronómicas que suenan hasta indecentes en los tiempos que corren.
Políticos que piensan solamente en hacerse ricos, y les da igual el resto de la sociedad, comunidad o ayuntamiento que supuestamente representan… y luego nos demuestran día a día su “calidad política”.
Atrás quedan esos años donde la gente era sociable, donde los vecinos se juntaban en días señalados y celebraban las casi olvidadas “verbenas”. Donde los caballeros cedían el asiento a las mujeres y ninguna persona mayor iba de pie en el metro o el autobús…
Todos tenemos recuerdos y los míos me llevan a “quedar” en la calle con mis amigos… para jugar, correr o simplemente estar juntos y socializarnos. Ahora ningún padre deja a su hijo bajar solo… por miedo a la sociedad tan mala que somos.
El compartir juegos, ratos y aventuras te hacían ser mejor persona. Te enseñaba que si piensas de vez en cuando en los demás, todo funciona mejor y todos lo disfrutamos. El bien común era bueno.
¿Os imaginais ahora mismo que alguien mueva su coche aparcado y lo aleje de su portal, para que unos niños puedan jugar al tenis en la calle? Yo eso lo he visto… ahora si alguien te llamase y te dijera: Señor, por favor, ¿podría aparcar el coche un poco más lejos para dejarnos hueco y así poder jugar al tenis?
Las contestaciones que me vienen a la imaginación son muchas, pero seguro que todos las habéis pensado:
- Ni de coña… Vete a otro lado a jugar y no me jodas mas…
- ¿Pero que te has creido que es la calle? ¿tu sitio de juego? Alquílate una pista de tenis para eso…
- Como me jodas el coche con la pelota os vais a enterar… os demando.
- Niño… vete a dar por saco a tu puñetero padre…
y un largo y penoso etcétera de nuevo… 🙁
Pues no hace más de 30 años que eso lo hacíamos cada vez que queríamos jugar en la calle… y si llamabas a alguien te decía: No te preocupes…. ahora lo muevo… ¡Y LO HACIAN! Lo hacían para que 4 niños de 10 u 11 años pudieran pintar un campo de tenis con tiza y jugar durante horas…
Todo nos aleja de esa sociedad basada en el respeto y en la educación… nadie se echa las manos a la cabeza por conocer que alguien ha matado a alguien… o que un loco cogió un arma se metió en una iglesia y se lió a tiros… simplemente lo vemos… pero como no nos toca, no nos preocupa.
La tele, que por desgracia es el medio más usado de información y/o educación de este país, está llena de gente mal preparada, de “merdellones” como dirían en mi querida Málaga… de chillones y chillonas que sólo pueden ganar credibilidad o chillando más o sacando “mierdas” y cosas sucias de otros… y encima SON LIDERES DE AUDIENCIA.
Cada vez somos más asociales, aunque tengamos miles de amigos en Facebook o miles de followers en Twitter… pero si le dices a alguien: Ven a echarme una mano, levántate de tu cómodo sofá y ayúdame… ya verás como no somos tan amigos. 🙁
Acaso es extraño entonces que esta sociedad totalmente basada en valores tan “incivicos” como la riqueza, el aparentar, el tener más que otros, el tener lo último aunque no sepamos usarlo, el comprar algo que no necesitamos para presumir, el pensar sólo en nosotros y nunca en los demás… Con estos valores como base… ¿No nos merecemos todo lo que nos pasa? ¿No nos merecemos tener esta clase de gobernantes? ¿No nos merecemos pasarlas canutas por haber despilfarrado tanto bienestar común por nuestro egoísmo?
Yo creo que nos los merecemos… y me pregunto:
¿Que podemos esperar de una sociedad ya totalmente incivica? Pues con una educación totalmente errónea, mal planteada, que genera nuevos ciudadanos con expectativas de futuro muy negro… y de una juventud (futuro motor del país para nuestra vejez) cargada de prejuicios, de egoísmo y escasos de “civismo”… me espero lo peor.
Como decía una frase que leí a un buen amigo mio: Cuanto más conozco a las personas, más me gusta mi perro…